Esta tecnología no solo permite utilizar el elevador como dispositivo de entrenamiento, sino también como método de diagnóstico de la fuerza. El dispositivo proporciona métodos de entrenamiento altamente eficientes (repeticiones) sin la necesidad de una segunda persona. 

Tras un trastorno neurológico, los pacientes presentan cambios en la inhibición recíproca de su musculatura junto con activaciones musculares inadecuadas tanto concéntricas como excéntricas. Este dispositivo permite realizar entrenamientos con ejercicios enfocados a este trabajo concéntrico y excéntrico de la musculatura. Cada movimiento es evaluado mediante un instrumento de fuerza integrado. 

El tratamiento en este dispositivo está indicado para todo paciente adulto neurológico y ortopédico que presentan alteraciones en la actividad muscular, fuerza, resistencia y potencia. 

Los pacientes con el siguiente diagnóstico puede beneficiarse del uso de este dispositivo: Accidente cerebrovascular, traumatismo craneoencefálico, lesión medular, enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, atrofia y distrofia muscular, así como parálisis cerebral con sintomatología como falta de fuerza o resistencia muscular.